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Malargue Junio de 2011

"Pasajeros del vuelo AF 0418 a Buenos Aires, por favor presentarse en las oficinas de la compañía" anunciaron desde los altoparlantes. "Uuuy, volvieron las cenizas, no voy a llegar" pensé cuando escuché el llamado. Apenas llego a las ventanillas, se me acerca imperceptiblemente un guardia de seguridad del aeropuerto: "Monsieur Cagbonel?" interroga con inequívoca gangosidad gala. "Si, soy yo" respondo. "Monsieur, se ha presentado un pequeño problema con el comandante de la nave lista para partir a Buenos Aires. Dice que si no le firma su camiseta en nombre de todos los cascarudos, no sube al avión". Increíble. Le digo que no tengo problema y me hacen pasar a una sala separada. El comandante está sentado, con su camiseta color negro apoyada sobre su rodilla derecha. Tiene un gesto adusto y el representante gremial de los pilotos le está diciendo algo así: "hermano, subí al avión y dejate de joder. No tenemos cómo defenderte y te van a rajar ("ils te vons rajart", en francés).

Estampo la firma con la siguiente leyenda: "Dans notre coeur, des toutes les cascaroudes a la famille de  Jean Luc". El tipo aferró su casaca negra del Lille, su equipo y lo más parecido a una divisa del CUJ, lagrimeó por unos instantes, me dió un abrazo conmovido y se fue para la cabina. El avión salió con unos pocos minutos de retraso.

Después de un vuelo normal y de sufrir con el tránsito en la Riccheri, llego a La Plata. La intercomunicación cascaruda estaba a full. Cirilo carreteando desde Lima. La unidad 1 (Mono-Saeta) lista en la casa del Eterno Delegado. Y el suscripto tirando en un bolso una mezcla de botines, gorro de lana, calzoncillos largos, camiseta cascaruda (que además es un inmejorable abrigo térmico), cepillo de dientes, buzos, anteojos y cd de Gilda para motivar cuando el cascarudaje se estuviera durmiendo en la ruta.Al llegar a lo del ED, el Mono me recibe eufóricamente, saltamos como si estuviéramos en una tribuna gritando "cascaruuuu....,  cascaruuuu..." hasta que la Saeta le dice: "pero si lo estuviste reputeando hasta que tocó timbre por lo tarde que se hizo". Darío me mira serio y responde: "vos podés creer eso Pancho?". "No", le digo, "debe ser una confusión de este muchacho, que hace poco que conoce al CUJ". Sin mayores aclaraciones por el episodio, arranca la marcha hacia Capital.

Cuando el Eterno sube al auto, lo hace portando una canasta de mimbre modelo picnic primavera de 1942, que solo se había visto en la película del mismo año protagonizada por Berta Singerman y Hugo del Carril titulada "Gloriosa juventud", dirigida por Lucas Demare. Todo bien hasta bajar en la 9 de Julio y llegar a Av. Belgrano. El Tero sube a la unidad 2 (El ED y el suscripto), mientras en la unidad 1 dejan la puerta abierta para la rauda subida del Titi......que no se produce. Luces de alarma. El Tero anuncia que la Joya lo termina de llamar para decirle que "sufrió una indisposición" y recién está saliendo de su casa. El tránsito en la 9 de Julio arrecia. Un móvil de la policía metropolitana se aproxima amenazadoramente, por lo que ambas unidades cascarudas continúan su marcha, doblan cruzando la 9 de Julio y quedan sobre calle Lima, apuntando hacia la autopista. Con tanta mala leche que nos paramos en la puerta del garaje del SMATA. Dos muchachos de campera verde Falcon, portando sendas llaves inglesas se acercan y nos dicen con toda amabilidad: "se van a tener que desplazar señores, si el secretario general llega tarde a una reunión en el Ministerio de Trabajo porque ustedes tapan la salida del garaje, pueden llegar a aparecer en la fosa de algún taller de Burzaco".

Demostrando rápida comprensión, las naves del CUJ liberan la entrada, pero quedan exactamente bajo el cartel del 159, que justamente está llegando y luego de pasarnos a un par de centímetros se detiene, mientras el conductor y todos los pasajeros que se tienen que mover hasta el centro de la calzada para subir enarbolan sonoras puteadas contra los ocupantes del convoy cascarudo.Rodeados de peligros, decidimos estacionar en una de las cocheras bajo la 9 de Julio a la espera de la Joya. Las dudas asoman: inconveniente de último momento o gesto de vedettismo? Malestar estomacal o caprichito a lo Madonna o Mick Jagger? La impaciencia recorre todo el pasillo que comunica los dos extremos bajo la 9 de Julio, a la espera de novedades. Desde Junín, Elegar recuerda que había previsto salir a las 8. Eran la 1 de la tarde y media delegación no salía de Buenos Aires. Por fin, la Joya se comunica anunciando que está por combinar subtes bajo el Obelisco, pero que en razón de su estado físico va a llegar más rápido trotando por el cantero central de la 9 de Julio. Así sucede. Cuando llega, como corresponde a una estrella, no brinda explicaciones. Solo dice: "¿En qué coche subo?"Partimos hacia Junín raudamente. No hay detenciones en el viaje. Nos disponemos a transcurrir una larga marcha teniendo por única dieta mate y facturas. Antes de llegar a Luján, en la unidad 1 advierten al Titi que si no baja el ritmo de ingesta, lo van a arrojar a la banquina sin detenerse cuando aminoren la velocidad en el peaje de Villa Espil.

Llegados  a Junín, lo encontramos a Egar elongando en un surtidor de la estación Dos Reis, mientras Ricardo está discutiendo el precio del paquete de madalenas que está adquiriendo para reforzar las provisiones. Se suscita un rápido debate sobre la conveniencia de ir en tres o dos unidades móviles. La discusión tiene un rápido final apenas el presidente de la comisión de presupuesto saca la cuenta del ahorro de gasto en combustible. "No se habla más, cuatro por auto y el Pancho móvil queda en el garaje de la familia Gonzáles", dispone. Cuando dejo estacionado el auto en su casa, Elegar me dice: "Tranquilo Pancho, acá no lo toca nadie". Al pasar, me parece advertir una sonrisa socarrona de las inferiores Gonzáles, como si pensaran "la biaba que le vamos a dar el fin de semana, Saenz Peña, Laguna de Gómez, boliche, etc.". Pero pienso que son exageraciones mías y arrancamos para Malargüe.Unidad 1: Elegar-Ricardo-el ED-TeroUnidad 2: Saeta-el suscripto-Mono-Titi.

Apenas subimos a la 188, Darío le confirma a la Saeta que para continuar sumando millas a los fines de adquirir el carnet cascarudo, va a tener que manejar todo el viaje de ida y todo el de vuelta. La Saeta acepta resignadamente, sabe que incorporarse a los cascarudos bien justifica manejar casi 3000 Km.El convoy arranca a las 5 de la tarde desde Junín. A esa hora, Cirilo ya viajaba desde Mendoza a Malargüe. A la altura de Lincoln el Mono me dice: "Pancho, el mate está muy bueno, pero no hay otra cosa que facturas? Estoy repodrido de comer sacramentos desde que salimos de La Plata". Reviso lo que queda y le digo: "podés alternar con unas bombas de dulce de leche livianitas, las que siempre quedan al fondo del paquete".

Cuando el convoy llega a Villegas, comienza uno de los clásicos de las travesías del CUJ. Problemas con la provisión de combustible. Tenemos que ingresar al pueblo a cargar, y volvemos a la ruta para enfrentar el desierto pampeano que nos queda por delante. El tramo que abarca La Pampa y San Luis transcurre sin novedades, excepto por las puteadas del Tero contra el gobierno puntano: "Pero la gran puta, dónde carajo quedó el wi fi en toda la provincia, si quiero mandarle un mensaje de texto a la stopper para reportarme y no tengo ni cobertura para el celular?". Para tranquilizarlo, Ricardo (alias Diego Lugano, porque parece un zaguero uruguayo con el termo adherido a la axila derecha) le pasa el mate nro 322 del viaje, mientras el Bicho consume el vigilante nro 14 del trayecto. Elegar agrega:"Bicho, cuando lleguemos a Las Leñas prendemos fuego la canasta de Caperucita que trajiste y le sacamos la última foto". Comienza a aflorar un cierto estado de tensión en las naves del CUJ. En la unidad 2, Darío amenaza: "Titi, otro pedo y sos boleta" mientras el suscripto asoma la cabeza por la ventanilla en busca de oxígeno, arriesgando una faringitis por los 2 grados de temperatura exterior.

Las unidades llegan a Gral Alvear. Cirilo se reporta ya desde el bunker cascarudo en Malargüe. Dice que está confraternizando con los rivales, que amablemente han concurrido a saludar a la delegación cascaruda que todavía no arribó. Consecuencia: los adversarios comienzan a lastrarse el asado originalmente preparado para el CUJ, mientras Cirilo intenta calmar los nervios acumulando un Gancia tras otro. Noche cerrada para enfrentar los últimos 300 km. Afuera de los autos, 5 grados bajo cero. Adentro, cascarudos desesperados por algún alimento que no sea una torta negra, que además se han agotado. Combustible escaso y las estaciones de servicio ya cerradas que se suceden. Llegan mensajes de aliento del Coco y de Oscar Sandro, preocupados por los desafíos de la travesía.

Las agujas de combustible siguen bajando mientras los limpiaparabrisas despejan la escarcha que comienza a formarse y que obstruye la visión de la ruta. Apelando al amplio conocimiento de la zona de Cirilo, mandamos consulta por alguna estación de servicio abierta entre Villa Atuel y San Rafael. El dato de Cirilo llega, para alivio de la delegación. Elegar lo carga en el GPS y arranca pero a los pocos metros se detiene en la banquina. Desde la unidad 2 consultamos que pasó: "Muchachos", grita Elegar, "el GPS indica que la referencia que nos pasó Cirilo para cargar combustible queda en Ascochinga, me parece que nos está mandando a la concha de la lora". Ahí terminamos de entender que, para cuando mandó el dato, Cirilo ya tenía un pedo de Gancia como para 10 mientras cabeceaba frente a la placa roja de Crónica TV, cuyo reflejo iluminaba con luz mortecina el lobby del hotel mientras los rivales se retiraban subrepticiamente después de haberse incorporado una parte importante del asado con papas fritas destinado al CUJ.

El Tero explota: "Bicho, con esta canasta al medio del asiento, estoy viajando como si viniera en clase turista con la Gorda Serra Lima al lado". Ricardo pide "fogata ya" mientras Elegar se morfa el último sacramento. En la unidad 2, la Saeta anuncia los últimos 5 litros de gasoil, mientras el Mono y el suscripto se disputan la última medialuna del viaje y la Titi pregunta si Catamarca está muy lejos. Momento desesperante de la travesía. 

De pronto divisamos una luz que anuncia una estación de servicio abierta. Con 10 grados bajo cero y a la 1 de la mañana, el CUJ llena tanques y encara el tramo final, San Rafael-Malargüe.

Con la recarga de combustible el CUJ recupera el ánimo. La unidad 1 vuela sobre el asfalto, la unidad 2 sostiene el ritmo en busca del objetivo. El plantel se recrea con la FM Santa Rosa que pasa grandes éxitos de Roberto Carlos y Doménico Modugno, única emisora sintonizable en 40 km. a la redonda.

De pronto, en medio de la noche y apenas comienza la trama sinuosa de la ruta habiendo dejado atrás San Rafael,  la unidad 1 desaparece delante de mi vista. Dos posibilidades: abducción extraterrestre o badén profundo. Lamentablemente se trata de la segunda alternativa. Me doy cuenta porque al instante, la unidad 2 también se sumerge en un pozo de aire, mientras a 50 metros veo a la unidad 1 a dos metros del suelo. Al momento del descenso, la docena de facturas sube hasta la carótida y se mezcla con los huevos que suben hasta la garganta de los ocupantes de la unidad. Cuando la unidad 2 aterriza, la unidad 1 todavía zigzaguea buscando recuperar la marcha recta. Por un momento, el convoy del CUJ pareció estar en la montaña rusa. El promedio de velocidad de la unidad 1 baja a 80 km/h. y el de la unidad 2, que la sigue, también. "Seguro que empezó a manejar el Bicho, vamos a llegar a mediodía" acota Darío. Luego Elegar aclararía que seguía manejando él pero que durante el episodio del badén "ví una luz blanca al final del túnel y frené antes de llegar".

Por último, después de tantas peripecias, a las 3 am del sábado 4 de junio, la delegación llega a Malargüe. Gran abrazo con Cirilo, que a esa altura había pasado del Gancia al Fernet por lo cual lo encontramos trotando en camiseta alrededor de la plaza, con los 10 grados bajo cero de ese momento, para quemar calorías. Inmediatamente, el CUJ toma posesión completa del bunker. La gente del hotel, extraordinaria, aparece con asado, ensalada, papas fritas y vino a esa hora. Y los Cascarudos, en un ejercicio de responsabilidad táctica impresionante, permanecen entre las 3 y las 4 de la madrugada comiendo, bebiendo,  cagándose de risa y preparando el diagrama estratégico para el día siguiente. Marcelo adelanta referencias de los rivales mientras la Joya devora el vacío con papas fritas y pide "para mí gaseosa light, por favor". Se produce una versión de "polémica en el fútbol" para armar el equipo que rememora la mejor tradición de Sarmiento 80, con el Hueso Glaría, Espósito y Peracca armando el equipo después del tercer whisky junto a Juan Carlos Montes. Para cuando el plantel se retira a sus habitaciones y luego de iniciar una polémica sobre la posición a ocupar por el Mono, que lejos de agotarse merece ampliaciones en los próximos capítulos, el equipo queda definido. El CUJ saldrá con un tres-tres-uno-uno así: Cirilo; Mono-Ricardo-el suscripto; Bicho-Saeta-Elegar; Tero; la Joya. Y, un clásico, sin suplentes.

Habitación 1: Mono-Tero-Eterno Delegado-el suscripto.

Habitación 2: Ricardo-la Saeta-Elegar-Titi.

Una vez que los cascarudos concilian el sueño, los ronquidos de Darío y los pedos de la Joya conmueven los cimientos del Hotel. Pero eso ya es parte del capítulo siguiente. Un día agotador ha terminado y el CUJ vela las armas para su próxima contienda, como el guerrero dedicado a su último descanso antes de entregar su sangre en el próximo combate al pie de la cordillera.

Después de la travesía y la charla técnica de la madrugada, me despierto a las 10 am del sábado. Lo veo al Tero estupefacto, mirando al techo con los ojos desmesuradamente abiertos, enmudecido y con una expresión que denunciaba angustia y terror.Luego de unos segundos de perplejidad, comprendo apenas escucho los sonidos que vienen del baño. El Tero está bajo la profunda conmoción que produce asistir por primera vez a lo que en el mundo científico, en particular de la bioquímica y la física molecular, se conoce como "Sindrome de transmutación del Mono" (ver al respecto, artículo publicado en la revista "Science" de marzo de 2009 por un tal Gustav Adolphe Mârtinèz, miembro del International Strawberry Genetic and Transgenic Institute of Basilea, Suiza, titulado: "Transmutación del Mono y frutilla transgénica: similitudes y diferencias entre ambos procesos").Para quienes teníamos conocimiento de este fenómeno desde la presentación del CUJ en Neuquén, resulta casi normal que, a la mañana cuando se levanta y se mete en la ducha, al contacto con el agua el Mono comienza a volver al mundo de los vivos. Pero este proceso viene acompañado de una cantidad de gritos, sonidos guturales y  contorsiones que asemejan este proceso a la transformación de regreso al género humano que hacía el increíble Hulk hasta que volvía a ser Bill Bixby. El así llamado "Sindrome de Transmutación del Mono" es aún más complejo, porque durante su transcurso se producen cosas que todavía la ciencia no puede explicar, como por ejemplo, que alternativamente pasa de la euforia de putear en ruso al murmullo del recitado de un poema en galés, sin que nunca haya tenido ningún contacto con alguno de esos lenguajes. Misterios para la filologia.

Mientras el Tero sufría esta alucinante experiencia, el Eterno Delegado, en cambio, permanece completamente desmayado en la habitación contigua. Una vez superado este episodio bajamos al comedor del hotel para desayunar y, poco a poco, el plantel se reúne completo en ese lugar. Los ocupantes de la habitación 2 destacan que si el equipo tiene a la tarde la coordinación que hubo entre sus integrantes para el funcionamiento intestinal y correlativo uso de las instalaciones sanitarias, el CUJ será un relojito. Eso lo decían mientras corrían por el pasillo hacia la escalera, escapando del efecto expansivo de la presencia de la Joya en el baño. 

Reunido el equipo, se plantea una primera discusión sobre la dieta más conveniente. El Eterno Delegado anuncia: "muchachos, jugamos a las 15 hs. y ya son las 10,30. Aconsejo un desayuno fuerte y reforzar con una banana a eso de las 14 hs". Se aprueba por unanimidad, lo cual produce una verdadera estampida del CUJ sobre las medialunas, los panes con miel, mermelada, manteca, jugo de naranja, doble café con leche, algún fiambre, queso y Cirilo pidiendo que le alcancen el Gancia, lo cual no fue autorizado por la dupla  ED/Mourinho Tero. Cuando la Saeta reclama el tercer café con leche, Elegar le dice: "no nos hagas quedar mal" y se conforma con incorporarse las dos últimas medialunas.Parece que está todo listo para emprender el programa anunciado por Cammi: visita turística al río Malargüe y renocimiento del campo de juego. Pero antes de que los cascarudos se levanten, aparece Daniel, el dueño del establecimiento y sensacional anfitrión, y dice: "para el almuerzo les estoy preparando unos tallarines con pollo, o también pueden ser ravioles de verdura con bolognesa". Esta novedad pone al CUJ en estado de reflexión. Ricky lo expresa con toda claridad: "Bicho, desde ahora hasta las 15, con una banana nos cagamos de hambre". Acto seguido comienzan a levantarse las manos de varios cascarudos que deciden por uno u otro menú. Conclusión: de la moderación proteica se pasa a una orgía gastronómica, por la cual después del pantagruélico desayuno el CUJ clava un almuerzo de pastas con pollo. Eso sí, nada de alcohol aunque Cirilo sigue reclamando el Gancia.

Pero entre el desayuno y el almuerzo, los Cascarudos marchan a hacer una producción fotográfica comprometida con los medios locales. En el lecho del río Malargüe, con la Cordillera de fondo y las cumbres nevadas recibiendo una tormenta que aseguraba un metro de nieve al día siguiente en Las Leñas, el plantel hace una serie de tomas que retratan la impactante belleza del paisaje, mateando frente al macizo andino. Uno de los grandes momentos de toda la travesía.

Luego, el convoy enfila hacia el predio donde se llevará a cabo el match. Cuando llegamos, nos recibe parte del equipo rival con el Ruso a la cabeza. Es un ex subordinado de Cirilo ya retirado de los campos petroleros, que dirige una escuela de fútbol para pibes de hasta 12 años. Confraternidad entre ambos planteles, fotos, muestra de las instalaciones con orgullo por parte del Ruso, que avanza esforzadamente incorporando vestuarios, quincho, acompañamiento escolar y de salud para los pibes etc. El Eterno Delegado se desprende del grupo y emprende el análisis del campo de juego. Una superficie arenosa plagada de cantos rodados, donde el invierno no deja una brizna de pasto. El viento cruza áspero el campo, que da hasta para 9 y 1 y es muy ancho. Temperatura a las 12 del mediodía: 0 grado. "A la pelotita", exclama el ED, "va a ser como jugar en la luna pero con el freezer prendido".

 

Luego de la vuelta al hotel, concretar el almuerzo de pasta con pollo, algún postrecito y un breve descanso, el plantel regresa al campo para el durísimo desafío futbolístico que le espera. El arsenal farmacéutico es tal que, cuando el CUJ se empieza a cambiar, salen a relucir una variedad de aceites, precalentadores para caballos, átomos y ungüentos de toda clase. A los pocos minutos, el Ruso se acerca preocupado: "Muchachos, qué carajo se están poniendo, hay una baranda que si llegan los inspectores municipales de bromatología me clausuran por doping, contaminación y quema de residuos patológicos", tal la potencia de la combinación que emanaba del vestuario del CUJ. "Quédate tranquilo, lo que da ese olor es el talco Palmolive vencido que trajo Elegar y que le quedó de cuando vivíamos en el edificio de calle 56" aclara Ricardo. El Ruso mantiene una expresión de duda pero por cortesía acepta la explicación y se va al vestuario local.

Mientras tanto, los cascarudos se aplican toda la farmacopea, al filo del reglamento (como siempre). Cuando Elegar le recomienda al Bicho el preparado que trajo le dice preocupado: "Bicho, hay que hacer más aparatos en el gimnasio, tenés menos masa muscular que una Aurorita. Menos mal que esto es apto para equinos de hasta 500 Kg., así que te va a reactivar seguro". En otro sector del vestuario, Darío no puede convencer a la Saeta que lo que trajo no es para mezclar con Red Bull sino para ponerse en las gambas, mientras la Titi pregunta si un exceso de lo que se está por poner en los aductores puede ocasionar quemadura de genitales y Ricardo me recuerda que está prohibido el ingreso al campo de juego con la caja de pañuelos descartables que tengo adherida a la mano derecha por la escarcha reinante. El repaso de la charla técnica se tiene que suspender porque el hedor ácido que inunda las instalaciones comienza a provocar vahídos en algunos cascarudos.

Finalmente, el CUJ salta al campo de juego, con tres grados bajo cero y un viento que silba desde la cordillera y te corta las piernas. El rival hace, literalmente, la guerra fría. Nos deja a la intemperie diez minutos antes de aparecer en el campo, lo cual implica que los cascarudos, para conservar temperatura, tienen que hacer en esos diez minutos aproximadamente el ejercicio equivalente al despliegue de un tiempo. Una vez que el equipo del Ruso entra, se hace la sesión de fotos y queda todo dispuesto. Arranca el juego.

A lo largo de los primeros diez minutos, los equipos se estudian. Noto que los rivales se nos parecen mucho. Ellos tiran los pases largos y el destinatario no llega (como nosotros). Se muestran dubitativos en el fondo, imprecisos en el medio y congelados adelante (como nosotros). El arquero de ellos no tiene trabajo, pero el frío empieza a afectar la movilidad de sus extremidades inferiores y el habla (como a Cirilo, que tiene principio de congelamiento de pies y mandíbula).

Pero a los doce minutos, tanta paridad se quiebra. El CUJ enhebra la mejor acción del partido. Pase desde la derecha para la Joya, que recibe en la medialuna de espaldas al arco y, aplicando al pie de la letra el manual del 9, aguanta la carga de dos defensores y alarga para la entrada en diagonal desde la izquierda al medio de Elegar, que mete un zurdazo a la carrera que viaja a no más de 2 centímetros del suelo hasta rebotar en la cara interna del segundo palo y anidarse en el fondo de la red adversaria. Un relámpago de fútbol que ilumina el invierno malargüino. Golazo. El CUJ 1 a 0.

Conmoción en el estadio. Varios simpatizantes locales se toman la cabeza, mientras el 3 de ellos, a la pasada, le dice al Titi "ustedes juegan, hermano". 

El CUJ intenta un repliegue ordenado, mientras el rival, acicateado por el aparatoso festejo de Elegar que quería abrazarse con la cordillera después de su gol, sale furibundo a buscar el empate. Algunas voces empiezan a subir de tono, como el clásico insulto del Mono al Bicho recordándole "te quiero mucho pero no marcas a nadie, la RPMQTP". Empiezan a tocarla el Ruso y un compadre bastante movedizo que hace un par de intentos de media distancia, exigiendo a Cirilo. El despliegue de la Saeta y la posesión de balón que intenta Elegar buscan emparejar en el medio, mientras el Tero busca a la Titi, que sigue rindiendo arriba como tanque frente a los defensores locales. El viento sesgado favorece al CUJ, pero el partido se torna friccionado en las inmediaciones de la medialuna visitante. Por las puntas, tratamos de alejar el balón hasta el valle grande del Río Atuel cada vez que se pueda.Hasta que hay un tiro libre favorable al local desde inmejorable posición para intentar la comba sobre la barrera. Y la comba llega, perfecta, al ángulo superior derecho de Cirilo, que por un instante ahoga el grito de la parcialidad local haciendo un esfuerzo supremo que le permite desviar el remate hasta el travesaño, donde rebota y vuelve al centro del área. Ahí,  el suscripto queda a mitad de camino entre el puntero derecho y el 9 de ellos, pero con cierta chance de tapar el remate de éste último. Como una escena en cámara lenta, se produce la siguiente situación: desde el lóbulo frontal del suscripto parte la orden de levantar la gamba derecha, pero al llegar a la carótida la instrucción se encuentra con un cartel que dice: "Ateroma incipiente, vuelve al punto de partida". Eso provoca una primera demora en la reacción, pero en el disparo neuronal siguiente la instrucción logra bajar sin obstáculos hasta la rodilla derecha, donde la sobresaltan dos leyendas preocupantes: "artrosis en curso, ruta complicada" y "gemelo congelado, reduzca la velocidad". Conclusión: el 9 la empuja y empata. 1 a 1.El resto del primer tiempo transcurre con el juego concentrado en el medio, un viento en aumento y acciones aisladas sobre los arcos. La más importante, un remate de ellos que pega en el poste derecho y sobresalta a Cirilo, a esa altura casi convertido en una bolsa de rolitos de cara al macizo andino.

Final del primer tiempo.Vueltos a vestuarios, los equipos consumen cuatro termos de mate alrededor de las estufas que le ponen una garra bárbara para calefaccionar el ambiente. Los cascarudos repiten las dosis de la farmacopea milagrosa buscando extender sus efectos al segundo tiempo. La combinación de ácidos farmacéuticos y monóxido de carbono está a punto de volar las instalaciones cuando los equipos regresan al campo y comienza la segunda etapa.La respuesta física del CUJ, en los primeros minutos, se esfuma cual ceniza volcánica. El equipo paga quedando abajo por dos goles, un cabezazo del más petiso de la cancha y un remate después de un claro foul a Ricky, no sancionado por el árbitro. 1-3, el físico endurecido, viento en contra y la temperatura que sigue bajo cero. Pero es en estas situaciones cuando el CUJ toma la pluma para seguir escribiendo su leyenda.

El equipo se juega el resto y los técnicos meten cambios tácticos: Cirilo, Bicho-Saeta-el suscripto; Tero-Ricardo-Elegar; Darío y Titi,  luego reemplazado por un juvenil local. Es a matar o morir. Sin fútbol y metiendo centros desde cualquier punto de la cancha para Ricardo, el CUJ empieza a perforar el centro de la defensa local a cabezazos. Corners, tiros libres, laterales (de pases al pie, ni hablar), todo vale para producir remolinos en el área del rival. Hasta que en una de esas incursiones, Ricardo cabecea, pega en el horizontal y cuando vuelve, Elegar anota el descuento con cabezazo bombeado por sobre dos defensores que se desesperaban sobre la línea de sentencia. Madura el empate. El rival acusa los golpes, de todo tipo, aplicados por los cascarudos. Algunos integrantes de la parcialidad local no soportan el asedio al que es sometido su equipo y dejan las tribunas, otros prefieren desviar la vista para no ver el inminente gol del CUJ y miran hacia dónde? Adivinaron, hacia el macizo andino. Es que desde todos los ángulos del estadio ves el macizo andino.Claro que el CUJ también se expone. A ellos les queda una pelota en tres cuartos de cancha, recta al arco. El dinámico saca un tiro bajo, muy esquinado, que supera la titánica estirada de Cirilo. 2-4. Nada es fácil para el CUJ.Pero los cascarudos siempre juegan bajo techo, bajo el techo de Dios. Así que emprenden otras furibundas ofensivas, golpe por golpe, al borde del descuento o del suicidio.Reingresa la Joya. Con el jogging largo puesto, se lo nota algo ceñido en sus movimientos. Cuando va a marcar la salida del 4 local, la pelota deriva hacia el lateral y ocurre la corrida desesperada, topetazo y rodada de la Titi en versión "roll hacia atrás" siguiendo el eje Malargüe-Talca, a 50 km de la costa del Pacífico. El guerrero espartano vuelve del abismo y sigue la lucha.El CUJ mete un ataque por la punta derecha, pase para Darío que recibe dentro del área, entre la línea de fondo y dos defensores. Salvaje pugna a tres metros del arco. Vuelan kilos de arena, los cantos rodados salen peligrosamente lanzados sobre las cabezas de los players, tras la polvareda se observa el arrastre de pelota, tierra, piedras y el Mono. PENAL indiscutible sancionado por el árbitro.Son más de 20 años los que, en un instante, pasan por la cabeza del Tero cuando, sin que nadie se oponga, camina con la bola bajo el brazo para acomodarla y hacer el tiro de 11 metros. Veinte años de reproches, de pesadillas, de buscar explicaciones en largas noches de insomnio, con su hija despierta preguntando a su madre "por qué Papá se levanta siempre a la madrugada?" y la stopper respondiendo: "es por algo que le sucedió siendo muy joven, alguna vez él te va a explicar".

La mirada cómplice del Mono, el otro mártir de aquella lejana e inolvidable tarde en el Nacional, parece decirle: "a mí me hicieron el penal, vos lo metés. Es una reivindicación que nos debemos para saldar cuentas con ese pasado terrible que nos persigue".El viento silba impiadoso en la meseta malargüina. La pelota se mueve en el punto penal. Orden del Juez. El Tero inicia su carrera ante el silencio que rebota, dónde? Adivinaron, en el macizo andino. Cuando llega, leve inclinación hacia la izquierda, que el arquero compra tirándose a su derecha. Pero en vez del esperado remate cruzado, el toque con cara interna sale bajo, sutil, al otro palo y la pelota viaja al encuentro de la red. 3-4 y una vieja herida que comienza a cerrarse. El Tero alza los dos brazos al cielo y parece encontrar la paz negada durante tanto tiempo. El Mono deja escapar una lágrima. Y al CUJ le queda resto para intentar la hazaña.Los cinco minutos finales son de un ida y vuelta para el infarto. Todos los cascarudos buscan el embudo defensivo rival con sendos envíos sobre el área contraria. Hasta se produce un fenómeno desconocido por la física. Pelota que viene hacia el suscripto desde la mitad de la cancha. Quedo perfilado apuntando hacia el área rival, enfilo para meter el centro frontal pero al impacto con el botín derecho, la bola se convierte en un proyectil que toma una dirección exactamente transversal (90 º) y sale impulsada hace el sector del 8 nuestro. Escucho la expresión de asombro de Cirilo desde el arco: "esto nunca lo ví, no es posible que la dirección de la pierna termine con la pelota hacia donde fue, con qué le pegó?" se pregunta Cirilo. Después que el balón pasara a 15 cm de su cabeza, el Mono me grita:"Panchito, si querés matarme avisame LRMQTP, fue un pase o un atentado?". "Darío, son los 1400 metros de altura, no dobla. Si estuviéramos en La Plata, sería un pase punteado que te cae llovido al pecho" le respondo. No llego a escuchar lo que murmura, aunque tengo la impresión que le dice al Bicho "no puede ser tan caradura", pero a lo mejor fue un efecto del viento que distorsionó el sonido.Y finalmente se termina el partido. El tiempo no alcanzó para la hazaña, pero el CUJ peleó hasta el final. La dignidad está intacta aunque quedó la impresión que el empate hubiera sido el más fiel reflejo de lo acontecido en el campo de juego.  Los restos de lo que queda de los cascarudos se retiran de la cancha, con el dolor de la derrota y el sosiego de quien puso todo lo que tenía para revertirla. Medias bajas, piernas rotas, ánimo herido, cabeza alta. Así se despide el CUJ del terreno con las condiciones geoclimáticas más difíciles que le haya tocado enfrentar en toda su historia. Lo despide un frío de nubes negras, los remolinos de piedras y arena, el aplauso de la parcialidad local y el respeto de todos. Para muestra de eso, basta dirigir la mirada hacia quién? Adivinaron, hacia el macizo andino, que parece inclinar su eterna cresta blanca como último saludo a la casaca negra que marcha hacia vestuarios. "Te dije que era para las piernas!!", vociferaba frenético el Mono viendo vomitar a la Saeta, luego que éste reconociera haberle puesto "nada más que un cuarto de pomo" de átomo desinflamante a la lata de Red Bull que tomó antes del partido. El resto de los cascarudos, ya bañados y cómodamente instalados en el hall del hotel una vez regresados de la cancha, no parecía demasiado inquieto por las vicisitudes digestivas del sacrificado mediocampista. Por el contrario, cuando a eso de las 17 hs. el mozo del hotel preguntó "muchachos, les traigo una picadita?", la Joya y el Bicho replicaron: "picadita no, picada". Mientras tanto, el Tero le hacía señas para que no se olvide el Fernet y la Coca Cola, imposibilitado de articular palabra mientras deglutía frente al 29 pulgadas y con las piernas sobre la mesita ratona un impresionante bolo alimenticio integrado por los dos últimos sacramentos que quedaron del viaje y 150 cm3 de mate amargo XL cebado por Ricardo "Lugano" Ricky. Acodado en la recepción y preocupado por la estética de la habitación 2, Elegar me advierte: "Pancho, decile a la Saeta que no salpique la cortina del baño", mientras Cirilo se merendaba el primer Gancia.Comenzaba el tiempo del rélax para el CUJ. Televisor con fútbol, mate o fernet, o mejor dicho mate y fernet, picada y esos diálogos donde se combinan cinco conversaciones simultáneas sobre otros tantos tópicos, conservando una inexplicable hilación conceptual entre las lamentaciones por el empate que no fue, la averiguación del costo de los souvenirs para complacer a stoppers e inferiores, las opiniones meteorológicas acerca de si va a nevar o no, impresiones sociológicas sobre el perfil económico socio productivo del pueblo y disquisiciones acerca de las bondades del chivo malargüino versus el chivo puntano. El enciclopedismo cascarudo a pleno, hasta que alguna expresión del tipo " con este frío se me contracturó hasta la poronga" produce un viraje en el tono de la conversación, que fluctúa  de la erudición al grueso epíteto chacoteril en un instante y con la mayor naturalidad.La incipiente picada se ve interrumpida porque si hay algo que figura al tope de las preocupaciones del CUJ es la divulgación científica. Cirilo identifica el Planetario local, una construcción vinculada a las actividades astronómicas que tienen lugar en Malargüe, una especia de Balceiro cuyano financiado por la NASA. Tratándose del CUJ, no podía ser menos. Y  hacia allí se dirige la delegación para apreciar la última versión de los misterios del universo. Cuando llegamos, el frío de recagarse ya comenzaba a adueñarse de las calles locales y una tormenta negra cubría la cima de quién? del Macizo Andino, omnipresente desde todos los puntos de la geografía. Otro milagro: si la temporada no se había inaugurado hasta ahora, la presencia del CUJ desató una fenomenal nevada que dejaría al complejo de Las Leñas listo para la incursión cascaruda del día siguiente.

Ingresados al recinto, los cascarudos se distribuyen en el hemiciclo en espectaculares butacas reclinables. Cuando se apagan las luces y comienza la proyección de una perfecta bóveda celeste que se aprecia desde la casi horizontalidad de los asientos, escucho: "qué siestazo me voy a dormir acá". No llego a reconocer la voz, pero seguramente no lo dijo  un cascarudo, cuya pasión por la ciencia nunca permitiría semejante desaire al establecimiento que nos ha recibido. Sin embargo, el desgaste del partido hace su efecto. Con el avance de las explicaciones sobre los anillos de saturno, también advierto algunos sonidos próximos que denotan la inconfundible llegada del sueño.

En medio de la oscuridad, descubro que la Saeta lo acomoda al Mono a codazos hasta que el ronquido de éste último se reduce a un imperceptible silbido, como el de una pava puesta en la hornalla que evoluciona hacia el hervor. En otro sector, superado por el cansancio, el brazo derecho de la Joya cae exhausto al costado de la butaca, al tiempo que toda su humanidad yace inconsciente de cara a la constelación que ahora se proyecta en la bóveda celeste. Noto que un papel escrito se desprende de su mano exánime.

Me acerco en la oscuridad y lo recupero del suelo, suponiendo que podría ser el DNI, pero no: se trata de una lista de aparentes preguntas sobre el universo que el Titi se había llevado escritas  desde el hotel. "Lo que es la pasión por la astronomía, la curiosidad intuitiva del espíritu científico" me dice el Eterno Delegado, cuando le comento sobre el hallazgo de las consultas preparadas por la Joya, por supuesto sin decirle que estaba completamente derrumbado en la butaca. También evito decirle, una vez leído el papel, que se trataba de la lista de los souvenirs que piensa llevarse de Malargüe, a saber: dos Kg de aceitunas negras, un bidón de cinco litros de aceite de oliva, escabeche de trucha, medio chivo frizado, cuatro Kg de tomates disecados y un poncho con la inscripción "Malargüe siempre te espera".Precisamente, la presencia del ED en la butaca contigüa a la del suscripto, me impide conciliar el sueño con tranquilidad. Apenas percibe que estoy al borde del nocaut onírico,  mientras siguen explicando que Yuri Gagarin se agarraba un tremendo pedo de vodka para animarse a encarar el espacio, llega la amenaza implacable del manager: "si te llegás a dormir, date por excluido del plantel para la winter edition". El rigor pedagógico del ED no se relaja nunca.  Para evitar semejante sanción, que podría significar el fin de mi carrera, tengo que recurrir a la imaginación para mantenerme despierto. Así, los relieves de Marte se me antojan las curvas del orto de S. Luna; en las protuberancias montañosas de Mercurio reconozco las gomas de L. Salazar y los agujeros negros del espacio me recuerdan a algunas escenas de "Infierno Anal". Con ese método, pude aguantar despierto hasta el fin de la presentación, aunque salí del planetario más alzado que chivo de Malargüe aislado en el Macizo Andino.Completado el periplo astronómico, se inicia el periplo gastronómico. El plantel volvió a las instalaciones del Ruso, ahora ambientadas para encarar un asado de dos chivos adobados, previas empanadas con vino tinto. Afuera, diez grados bajo cero, adentro el chimichurri te incorporaba 40 grados. Para colmo, todavía flotaba en el ambiente el hedor residual de los ünguentos musculares del CUJ.

A cierta altura de la noche, ya no se podía distinguir si el estado de inconciencia provenía de los efluvios del tinto, o era consecuencia de la inhalación de ácido cianhídrico resultante de la combinatoria de los componentes químicos de la farmacopea cascaruda.Y en plena liquidación de los chivos por las fauces locales y visitantes, se larga la presentación de un conjunto folklórico que representó a Malargüe en Cosquín. Altísimo nivel y todo el CUJ que se prende con el repertorio desplegado por las tres guitarras y un bombista salteño y excepcional vocalista. Las huestes del CUJ invaden el escenario, Elegar y "Lugano" Quevedo acompañan con elogiable esfuerzo algunas de las letras, tras lo cual piden dos tubos de oxígeno y una jarra de vino complementaria para superar la agitación que les produjo el intento de acompañar al cantor del grupo hasta las alturas vocales propias de quién? del Macizo Andino, ya que el chabón daba unos agudos de la misma altura que el cerro Tupungato.Después de bajar la euforia desatada pasando de las chacareras a la zamba, llega la aclaración por el líder del conjunto que van  a hacer un tema que compusieron cuando uno de ellos perdió a un hijo de 4 años. Y se largan con la interpretación, mientras uno de los guitarristas, el padre del chico fallecido, lagrimea, y canta al mismo tiempo. Se estaba por cumplir un nuevo aniversario de esa pérdida y ese era el homenaje. Otra vez, la gente local que nos recibe demuestra la enorme generosidad de participar a los cascarudos de sentimientos y circunstancias muy profundos y personales. Fue el momento más conmovedor de todo el viaje.

Emocionante y durísimo al mismo tiempo. Algo transmite el cascarudaje que inspira esa corriente de afecto y confraternidad con quienes reciben al CUJ.

 

 

Superado ese clima, el espectáculo retoma el tono original, pasando de la música a los cuentos y de ahí, en un estado de cada vez mayor obnubilación etílica, a la sección "Tu Sam" de exhibición de fenómenos de la naturaleza. "Carlitos, sacá la lengua" reclama uno de los asistentes, y uno de los guitarristas pasa a exhibir un músculo lingüistico que empezaba en el extremo del tablón (adonde estaba de pie como parte del conjunto folclórico) y terminaba a la altura del segundo caballete. Un instante de silencio y luego la inevitable seguidilla de reflexiones cascarudas: "Me pareció ver pasar un lagarto" dice Elegar, mientras la Titi está a punto de desbarrancarse del asiento por el ataque de risa. Quevedo permanece con el ceño fruncido, como observando un fenómeno sobrenatural incomprensible, hasta que suelta una reflexión: "Yo creo que después de un cunnilingus de este muchacho, a la mina la internan en el Borda de Malargüe". La Saeta ensaya una comparación propia de su actividad gastronómica: "eso debe pesar, más o menos, como una colita de cuadril entera". "Pero tiene forma de tapa de asado" acota el Mono, buscando un cotejo con otro corte. A todo esto, Cirilo, que se había ido a servir la última costilla de chivo directamente de la parrilla, pregunta si alguien le sustrajo el vaso de fernet digestivo mientras recuerda que, la primera vez que asistió a la visión de este fenómeno, preguntó si a Carlitos lo usaban para perforación en los pozos de Malargüe o solamente como guitarrista. El Tero agrega: "qué distinto me hubiese ido en Esperanto si yo hubiera tenido una herramienta como ésta".

Y era inevitable, cuando las incógnitas se multiplican, cuando la incertidumbre ante estos fenómenos sobrepasan la capacidad media de comprensión del CUJ, la vista de los cascarudos siempre converge hacia el Eterno Delegado, autor de todas las respuestas. Y el ED no los defrauda: "Se llama Síndrome de Beckwith-Wiedemann o Macroglosia", dice el Bicho, sin el menor atisbo de asombro. Un cierre bien Conicet.Pero la noche recién había comenzado, así que, previa pasada por unas cervezas en el Casino local, todo el contingente desembarca en la "Fiesta Ochentosa" que se hacía en el Club en el que supo destacarse el Ruso como nº 10. Salón repleto, barra atendida por las chicas del club (recordar, era fiesta ochentosa, para no delirar con el adjetivo de "chicas"), mesa de tortas y sanguchitos de miga, mientras atruena "Cosita loca llamada amor" en los parlantes. Advierto unos primeros movimientos de precalentamiento en las huestes del CUJ. Los cascarudos empiezan a tirar pasos, buscando conservar el equilibrio al mismo tiempo que lanzan alguna que otra consulta informal a la boletera, como para junar el ambiente. Pero el Ruso se mueve rápido y antes de los diez minutos en el boliche, el disc jockey anuncia la presencia de los Cascarudos de Junín. La concurrencia estalla. La histeria femenina se desata. El juego de luces adquiere el vértigo de las grandes noches. Veo venir de espaldas a uno lanzado a toda velocidad. Cuando pasa, descubro a la Saeta calcando el paso de Michael Jackson siguiendo el ritmo de "Trhiller". Me acodo en la barra y pido un trago. Pero súbitamente la Joya se desprende del grupo y se me acerca con cara de preocupación. "Pancho, en nombre de todos los muchachos, te pido por favor que salgas de la barra o que tires la lata de Mirinda naranja que tenés en la mano, porque estás dilapidando la imagen que ganamos desde la entrada. No podemos autosabotearnos de esta manera" finaliza, con un rictus de desesperación. "Uuuy, mil disculpas" trato en vano de justificarme, "me tomé muy en serio lo de fiesta ochentosa Titi" le digo. Mientras tanto, con el mayor disimulo, voy regando con Mirinda una planta de plástico que estaba al pie de la barra, al mismo tiempo que me vuelvo hacia la veterana que despacha las bebidas y le digo: "Servime una grapa Valleviejo doble". La Joya menea negativamente la cabeza. 

Después de atraer todos los flashes de la noche, el CUJ planea un retiro ordenado, pasando lista para no olvidarse a nadie tipo contingente escolar, porque a esa altura el estado general bien justificaba el auxilio de una ambulancia del SAME. Cuando finalmente me despego de la barra y consigo permanecer vertical después de hacer fondo blanco con una Hesperidina, emprendo el cauteloso avance hacia la salida. En el camino descubro al Mono y al Tero, que le habían birlado las sillas a dos damas que se habían retirado temprano para no enfriarse el pechito, desnucados contra la pared en estado de total inconciencia, mientras la boletera agita frente a ellos la bandera del club y les dice tratando de despertarlos "chicos, hay que irse, se terminaron los sanguchitos y lo que queda de torta es exclusivo para socios". Y así los cascarudos se van desmoronando en los respectivos vehículos, sumidos en tal profundidad onírica que no tienen la menor sensibilidad para percibir los 15 grados bajo cero de la madrugada. La jornada ha sido tan intensa como inolvidable. 

El domingo se presenta con cielo límpido y un metro de nieve en la montaña. Las Leñas es el último destino malargüino que nos recibe. Allá vamos. Cirilo lidera el convoy cascarudo, que asciende hasta el complejo que permanecerá cerrado, para uso exclusivo del CUJ. Puedo escuchar los comentarios de los mozos donde los cascarudos hacen el almuerzo: "esto se cerró dos veces. La primera fue cuando vinieron los Rolling Stones. La segunda es ahora". Y llega uno de los momentos más esperados del viaje. Batalla de nieve intercascaruda, fotos y una escena de enorme riesgo: el Titi se lanza en velocidad y en bajada, hasta que, cuando toma una velocidad crucero de 120 Km/h, se lanza en palomita como un imaginario Nro 9 hacia el gol. Cuando cayó, todo el Macizo Andino sintió el temblor. Se quebraron las estalactitas de todo el complejo. Y en San Juan registraron un movimiento de 5 grados en la escala de Richter. Arranca el mate en la nieve y así transcurre una tarde impresionante, hasta que el sol se empieza a ocultar y el frío andino se hace sentir. Pero la vuelta le tenía reservada a los cascarudos más imágenes. Primero el pozo de las ánimas. Alguien pregunta si pudo haberse profundizado luego de la palomita de la Joya. Y después, bajando desde el camino, la Laguna de la Niña encantada, con las truchas visibles bajo el agua y un silencio atronador que pone al CUJ al borde del delirio místico. Cirilo pide silencio para concentrarse en la majestuosidad del paisaje. Algo falla, porque transcurridos unos 15 segundos algún cascarudo se raja un tremendo pedo que altera el clima de sosiego espiritual imperante. Pero finalmente el cascarudaje se concentra y asciende al estado Alfa. Momento de meditación.

Regresados al hotel, Daniel le pone el broche de oro a una atención excepcional. Prepara truchas para la cena, remate gastronómico de primera para un periplo glorioso. Otra vez el convoy cascarudo arranca, a la 1,30 del lunes, para despedir a Cirilo que parte hacia Mendoza. Ovación final para la organización de todo el evento. La despedida no llega a empañarse por algunos gestos obscenos de los cascarudos cuando arranca el micro, buscando tentar a Cirilo ante la mirada atónita de la jubilada que va en el asiento de al lado. Y finalmente, el lunes a primera hora, el CUJ arranca de vuelta. Combustible, termos listos, facturas y la mochila repleta con las imágenes de todo el fin de semana. Por si faltaba algo, el Mono arregla por teléfono y paramos en Villa Atuel, para compartir un café con la gente de allá y terminar de cargar la lista que el Titi se había preparado. El aceite de oliva y el vino desfilan hacia los baúles de las unidades móviles. El CUJ es como el TC, por donde vaya hay gente esperando a los cascarudos para compartir un vino, hablar un rato al pedo y seguir adelante. Y si todavía quedaba alguna vivencia para incorporarle a la travesía, eso ocurrió al llegar a General Villegas. El móvil 1, (Elegar-Ricardo adelante, Mourinho Tero y el ED atrás) pasa raudo el control policial sin ser detenido. Pero el móvil 2 (la Saeta-el suscripto adelante; Darío y la Joya atrás), no sabemos si por portación de rostro o alguna otra razón, es detenido para un control. Los agentes del orden piden documentos. La Titi se lo había olvidado en la campera que quedó en Villa Atuel, producto de su ansiedad por el acaparamiento de aceite y vino en bidones de 5 litros. Y el cana dice: "Así que se fueron a tirar unos tiritos a Malargüe? Y encima vuelven con un indocumentado...."

La Joya apenas puede reprimir su indignación ante el trato recibido, mientras el Mono comienza a calcular a cuánto ascenderá la vaquita que hay que hacer para ganarse el paso por la caminera. Mientras tanto, desde el móvil 1 empiezan a llegar mensajes de gastada por las peripecias del móvil 2. Al final, resulta que el cana le pide el nombre a cada uno de los que teníamos DNI, revelando que la lectura y el alfabeto no parecen estar entre sus habilidades. A la Joya no le pide un carajo y nos dejan seguir. Habíamos hecho diez kilómetros y el Titi seguía con cara de culo. "Qué pasa, Titi, si al final zafamos" le digo. "Pancho, es que no puedo tolerar que no me hayan reconocido". Y lo entiendo, es lo peor que puede ocurrirle a una estrella.

La llegada a Junín marca la despedida con la filial local, con mate y torta en lo de Elegar. Subo al Fit y veo que una sonrisa se dibuja en las inferiores. La stopper acota: "quedate tranquilo que las chicas lo trataron bien, manejan con cuidado, les vino bárbaro para el fin de semana." El Tero y el Eterno suben y arrancamos con el otro móvil, donde quedan la Saeta, la Joya y el Mono. Convoy final hasta Bs. As. y La Plata. El camino ha terminado. El CUJ sigue su marcha, después de 25 años y hasta la próxima travesía. Talca? Chilecito? El trapo negro con vivos verdes va a flamear siempre, allá donde el sentimiento cascarudo nos convoque.

Fin

Abrazo cascarudo para todos

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