No te doy pase Gol !
“¡¡No te doy pase gol!!” cerró enfáticamente la conversación Elegar, luego de que el Bicho insinuara que la Filial Junín no llegaría a Santiago si se detenía en el shopping de Nueva Palmira, Mendoza, vista la fiebre compradora que podría retenerlos en el establecimiento sin llegar nunca al cruce de la cordillera.
Así llegaban los cascarudos a Santiago 2015. Con el peor vestuario en 15 años. Solo la prudencia, mesura y equilibrio del HDV, nobel DT, impediría la explosión de esta constelación de divos en la previa a su segundo compromiso internacional.
Las columnas cascarudas convergieron sobre Santiago como un Ejército de los Andes que reemplazó el caballo por el auto y la mula por el avión. Fieles a su historia y para desorientar al rival, cual guerra de zapa sanmartiniana, los cascarudos arribaron de manera sucesivamente confusa, de tal modo que a su llegada ni ellos mismos tenían idea de a dónde carajo ir a parar, mientras deambulaban haciendo gala de una completa desorientación por el complejo habitacional asignado para su alojamiento.
Terminar de acertarle al respectivo apartamento les llevó la noche del miércoles y mediodía del jueves. Esto explica por qué hace 30 años que no le aciertan a su ubicación en la cancha.
La invasión casca, esta vez, fue mayoritariamente por aire y con falta de aire. Huelga decir que lo novedoso fue lo primero, lo segundo es un clásico.
Cirilo y el Guti se descolgaron sobre territorio chileno cual comandos paracaidistas. En cambio, para las filiales La Plata-Capital Federal, a esta altura una especie de estado federado tipo Bosnia-Herzegovina dentro del universo cascarudo, más Rudy que se les sumó en Buenos Aires, la travesía aérea presentó graves vicisitudes.
La primera fue la retención aduanera del Bicho. Los integrantes de la delegación pasaban sin problemas y al quedar del otro lado se escuchaba decir a cada uno: “Chau Bicho”. Porque el Bicho seguía clavado en el mismo puesto meta pasar las hojas del pasaporte para que entiendan que el investigador de la frutilla no es el mismo tipo que está siendo buscado por lavado de dinero en Michoacán.
Sin la menor preocupación por la suerte de su compañero, el resto de los viajeros cascas recorrían el free shop relajadamente, hasta que el Bicho apareció y dijo: “la puta viejo, y si yo terminaba en cana?” “Hacíamos una vaquita y te regalamos un baby doll para que lo luzcas en Villa Devoto” le respondió el Tero, exponiendo una vez más un clásico del decálogo cascarudo: “el compañero en desgracia, que se joda por boludo”.
Sin la menor preocupación por la suerte de su compañero, el resto de los viajeros cascas recorrían el free shop relajadamente, hasta que el Bicho apareció y dijo: “la puta viejo, y si yo terminaba en cana?” “Hacíamos una vaquita y te regalamos un baby doll para que lo luzcas en Villa Devoto” le respondió el Tero, exponiendo una vez más un clásico del decálogo cascarudo: “el compañero en desgracia, que se joda por boludo”.
Pero la segunda contingencia fue peor. Confiada en el catering de a bordo, la delegación subió al avión solo con un par de pepas en el bagre. Cuando pasó la azafata convidando un cafecito y media vainilla, el Titi entró en pánico. “!!¿Y los canelones dónde están”?!! preguntó, entre la furia y la desesperación, mientras saltaba del asiento gritando “A dónde está el Comisario de a bordo que lo cago a trompadas”. El Mono lo bloqueaba con un bolso y Rudy lo agarraba del brazo para que no se abalance sobre el carrito donde quedaban tres barquillos y una lata de jugo de maracuyá ligth por toda mercadería.
Por suerte, apareció una azafata ofertando barras de toblerone del tamaño de un globo aerostático y el Titi, previo desenfunde de la tarjeta, se hizo de uno extralarge que le permitió entretener el estómago hasta Santiago, evitando así la detención de todo el contingente casca.
Por tierra, la filial Junín con la conducción del Aguilucho, flamante incorporación, cruzaba plácidamente valles, praderas y montañas con todo el pasaje esperando alguna indicación táctica del DT, que por toda respuesta se dedicó a apolillar más de la mitad del viaje. Cuando dijo algo sobre la posible formación del equipo, sus palabras fueron: “No tengo la más reputa idea”.
Y finalmente apareció el Ruso, único integrante del plantel con chofer. “Me tengo que concentrar en el partido, manejar me quita piernas” explicó, mientras su asistente Jorge asentía y cargaba las valijas. “Señor Ruso se pone muy nervioso antes de cada partido” agregó y empezó a colgar las camisas en el armario.
Así reunidos en Santiago, todavía faltaba el más artero golpe conspirativo interno, consumado con la distribución de los apartamentos.
Todos los cascarudos quedaron alojados en lujosos dúplex espaciosos que semejaban un restaurante de sushi, con ornamentación japonesa, pantallas led gigantes, vista a los cerros, dos baños, servicio de habitación, frigo bar y cocina.
Todos menos Bosnia-Herzegovina. Por alguna misteriosa razón que no tardará en develarse, las filiales La Plata y Capital fueron a parar a una sola planta tipo pabellón carcelario con tres espacios: uno, con cama King Zize, para el capanga del pabellón, es decir el Mono. Un siguiente ambiente, separado del anterior por una barra de durlock de 3 cm. de espesor, para los custodios del capanga, a saber el Tero y el suscripto. Y un tercer espacio, de un metro y medio de ancho por dos de profundidad, donde cada noche era alojado el Bicho previo retiro del catre, donde el Bicho se guardaba para que luego el resto del pabellón empuje el catre cual sarcófago hacia el interior del espacio. Cuando lo vió, el Gaspo le dijo: “Bicho,¿¿ cómo se duerme en el nicho??”.
Pero no satisfechos con esta disparidad de trato, al resto de los cascarudos se les ocurrió adoptar el pabellón como lugar de ranchada matinal, distribución de indumentaria y tertulia grupal. Por lo tanto, en el lugar podían encontrarse hasta quince personas tomando mate o mirando partidos de la Copa América, mientras las toallas de los ocupantes flameaban colgadas en los barrales de las cortinas cual balcón napolitano y los calzoncillos permanecían al secado flameando sobre el calefactor con rueditas.
Más aún, por falta de lugar y en una sumaria decisión, la primera noche los integrantes del pabellón lo rajaron al Titi para que se busque apartamento. Este comenzó a deambular por el complejo pidiendo asilo y sintiendo en carne propia la letra que dice:”cuando estén secas las pilas, de todos los timbres, que vos apretás”, porque todo el mundo se hacia el boludo y lo dejaban hablando solo y golpeando la puerta.
Al final, como a la una de la mañana reapareció en el pabellón cantando “vuelvo vencido a la casita de los viejos”. El resto de los ocupantes se apiadó de él, que había intentado en vano instalarse hasta en la recepción del complejo sin suerte, de donde fue desalojado impiadosamente por el personal nocturno. No quedando otra alternativa, ocupó la segunda plaza de la King Zize bajo las estrictas instrucciones del Mono para que no le rompa las pelotas en toda la noche. Una situación lamentable en la previa a la disputa de un partido internacional.
Los dos días anteriores al partido, el equipo cascarudo entró en un inesperado desgaste, consistente en el recorrido de cientos de kilómetros a pie no por los puntos turísticos de Santiago, sino por los shoppings de la capital.
La efervescencia mercantil ante las ofertas fue tal, que comenzó a funcionar un sistema de postas, por el cual un cascarudo quedaba a la puerta del complejo aguardando que aparezca el primero con las bolsas de mercadería. Enterado por este de las respectivas ofertas, emprendía un pique hacia las tiendas de electrónica, ropa, etc. para replicar las compras y así sucesivamente. El DT observaba desesperado el agotamiento del plantel originado en esta fiebre shoppinguera cuando todavía no había dicho ni una sola palabra sobre la formación del equipo.
En medio de este caos, se llegó al partido. A pesar de todos los avatares que hubo que superar, los Cascarudos rescataron un 2 a 2 que sirve para mantener el invicto internacional. Con Rudy como autor del primer gol y figura, mas un golazo del Mono que llegó después de diez toques sucesivos y la habilitación final del Ruso, para que el Mono le entre con un chanfle perfecto de tres dedos que curvó la pelota hacia el primer palo del arquero y se coló hasta el fondo del arco.
Los medios locales explicaron la recuperación física cascaruda por un factor esencialmente psicológico. Media hora antes de partir hacia el estadio, un video motivacional de producción colombiano-argentina enervó la adrenalina cascaruda a tal punto que el plantel retomó la fiereza de siempre. Tanto, que antes de transcurridos 5 minutos, entre el Coco y Cirilo lo sangucharon al 9 rival con tal energía que lo mandaron de regreso al vestuario con posterior internación en la Clínica Traumatológica “Aguirre Suarez”.
Sin embargo, la fiebre de shopping afectó a algunos jugadores aún durante el partido. Así fue como, estando el Gaspo temporariamente afuera, mandó un cambio. “Entrá Falabella, vení Ripley, descansá un rato” mandó, ante el desconcierto general. “Y vos Cencosud, movete que en cinco minutos saltás a la cancha” seguía diciendo, mientras Richard juntaba los dedos en el típico gesto de preguntarse: “¿¿de quién carajo está hablando??”
Y no podía faltar el rapto de divismo a lo Cristiano Ronaldo. Desairado por haber subido y quedar a tiro de remate al arco pero sin recibir el pase que esperaba, el Ruso mandó todo a la mierda y se retiró indignado de la cancha faltando dos minutos. El cascarudismo al palo.
Superado el match, se completó la jornada en un quincho al aire libre de las magnificas instalaciones donde tuvo lugar, para regodeo cascarudo con el Pisco, vino, choripanes varios y asado a la chilena.
Y así concluyó un episodio más de lo que ya podemos llamar el “World Tour” cascarudo, que seguirá el año próximo quién sabe dónde. Suena Río de Janeiro 2016.
Pero la rosca cascaruda no descansa nunca. A los tres días de haber regresado de esta gesta internacional, súbitamente se constituyó la Mesa de los Galanes y, en una maniobra fulminante, votó la destitución del HDV como DT y la designación del Bicho como nuevo Director Técnico. En una manifestación del enfermizo exitismo cascarudo, la explicación dada en los pasillos para este golpe restaurador del añejo entrenador fue: “ya no alcanza con empatar afuera, queremos ganar títulos, como los del 85 y el 87. Para eso hay que volver a las raíces, es decir, a pegarle hasta a las raíces”.
Menudo desafío espera al entrenador que más tiempo ocupó esta silla eléctrica. Sabe que no le perdonarán errores y que deberá moverse en un vestuario donde acechan la traición y la intriga. Su primera declaración fue: “la gloria es pasado, el presente ya es futuro y el futuro es un combate. Estoy dispuesto a ganarlo”.
La apuesta está hecha. Por los resultados se te juzgará.
Abrazo cascarudo para todos.
Arístides Alcón, desde el Parador Sedal, Klaukol-Anacleto, Ventus, Falabella, Ripley, Cencosud y siguen los sponsors……..